CRÍTICA A LA CLASE DE FILOSOFÍA


CRÍTICA A LA CLASE DE FILOSOFÍA.


La clase de filosofía, para mí, es como un descanso de las demás clases, aunque hay que tomar apuntes y tienes que prestar atención, el profesor ha conseguido hacer de una asignatura normal una clase divertida y entretenida. El trato entre profesor y alumnos es agradable, no obstante, hay alteraciones en el orden, pero se hace un paréntesis psicopedagógico y se vuelve a la clase normal. La clase se hace amena, el profesor se introduce de forma total en la materia, se nota que le gusta,  no como otros de los profesores, y hace que aprendamos y nos enteremos de la lección en el día a día. En la clase, se puede intervenir y preguntar las dudas que tengas, de tal manera que el profesor las contestará sin ninguna molestia. Al principio de la clase, el profesor saluda y hace un resumen de lo que hemos dado sobre el apartado que estamos estudiando, para así hacer memoria de lo que dimos en la clase anterior. Durante la clase, el profesor explica los apuntes, pone ejemplos sencillos para que lo entendamos y hace que participemos, también, a menudo nos reímos. Cuando quieres mirar el reloj, la hora ya se ha pasado y la clase ha terminado o está a punto de acabar. Al final de la clase, si te ha quedado alguna duda, puedes acercarte a su mesa y preguntársela, a él no le importa quedarse los cinco minutos de descanso para resolver las dudas que tengamos de lo mencionado en clase o de la materia.

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